Esperando al transportista, que suele ser puntual, Juan repasa mentalmente el contenido que debe tener la caja.
De repente cae en la cuenta de que ha tenido algún problema con ese proveedor. Nada grave, un par de pedidos que llegaron incompletos hace ya algún tiempo. Y no se ha vuelto a repetir.
Pero le asalta la duda:
– ¿Y si también a este pedido le faltan piezas?
Mira a un lado y ve un cúter y cinta de embalar.
– Puedo abrirlo y comprobarlo, tengo tiempo. Lo abro, miro y lo cierro luego otra vez – piensa.