Manuel tiene prisa, necesita coger esa carpeta, así que se pone de puntillas, pero apenas llega. Pone un pie en la balda de abajo, haciendo las veces de escalera improvisada.
Con el rabillo del ojo ve un par de cajas que son demasiado grandes para estar en la parte alta de la estantería. Pero ya es tarde.
Nota como la estantería cede, no estaba bien anclada a la pared.
– Debería haber llamado a alguien – piensa mientras cae hacia atrás.